i LOVE her
i LOVE her
i LOVE her
i LOVE her
i LOVE her
Sólo ella. Sólo ella, su acordeón, su guitarra y cinco músicos. Sin recargos, sin excesos, sin artificios. Ella sola y brilló, brilló mucho.
Porque a diferencia de la petarda de la Afro-oxigenada de Beyoncé, ya sólo saludando se mostró más humana, cercana, dulce, cariñosa y cómplice que la Ex-Destiny. Y dando las buenas noches, ya se hizo con el público.
Me hizo reir, me enterneció, me hizo llorar. Cantó “Me Van A Matar”, que ya sólo vale la entrada del concierto. Nos sorprendió invitando a la Mala Rodriguez al escenario.
Porque ha conseguido hacer lo que quiere, como quiere y cuando quiere y que suene genuino y auténtico. Porque cada canción suya es sencilla al extremo y, a la vez, no le falta nada.
El sonido, muy bueno. Los visuales muy bonitos. Ella, guapísima, enérgica y dulce.
Y anoche, ella fue una gran dulce compañía.
(Y “Lento” y “Andar Conmigo” son perfectas obras, indiscutibles, rotundas en todos los sentidos. Y en directo, más aun)